ILLARI
Dientes de León
Una noche cubierta de estrellas, sobre una casita de madera a orillas del océano pacífico, un estruendo lumínico irrumpe, luego silencio. Una cesta de mimbre aparece en la puerta de un hombre bestia. Aquel es un ser enorme y amargado, solitario e impío, un espíritu inca que resurgió del terror de la guerra, allá en los Andes donde el frio pareciera entumecer el alma, sin más moral que la de sus instintos, es como un feroz animal siempre urgido por el deseo, marcado con un tajo en el rostro y otro en el corazón. En aquella canasta, una criatura, una tierna y dócil bebé duerme mansamente, tan desnuda e inocente como cuando llegó a este mundo. Illari será su nombre. Y ella, cual ángel caído del cielo, crecerá a su lado, vivirá junto a aquel demonio de piel ardiente y lasciva, en medio de campos de uva, entre botijas de pisco y toneles de vino, en una humilde hacienda en las costas del Perú. Mas en esta historia los ángeles tienen alas de fuego y las bestias corazón de caramelo. Ambos personifican la aquiescencia del ser humano: ego y consciencia, deseo y amor, en una historia envuelta de sensualidad, romance, drama, fantasía y misterio.
Déjate llevar y seducir por esta tierna y sensual historia, de la mano del sutil y mágico erotismo de sus letras.
¿Quién es Miguel Eduardo Valdivia Carrera?
Mi opinión
¿Quién es Miguel Eduardo Valdivia Carrera?
Escritor. Publicista de profesión. Egresado del Instituto Peruano de Publicidad. Con estudios de redacción y creación literaria en la Universidad de Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad de San Martin de Porres; es profesor de publicidad y redacción publicitaria y creativa.
Basa sus escritos en el estudio del discernimiento dhármico, la psico-filosofía del ser, la armonía e intencionalidad de lo espontaneo y creativo, la libertad y el amor trascendental e incondicionado con los que crea un argumento en el que el fondo se sobre pone a la forma para dejar finalmente un mensaje que busca trascender.
Sé y siento con agrado que mi literatura ha cambiado paulatinamente de lo conceptual a lo colorido. Es difícil ponerles un género a mis novelas, hasta en las librerías tienen problemas en si ponerlas en el estante de romance o de acción o de filosofía. Unos las consideran místicas, otros eróticas; lo cierto es que me gusta fusionar lo filosófico con lo sensual, darle un toque espiritual a la historia sin dejar nunca de lado la sensualidad que envuelve el mensaje de fondo con una forma que espero capte la atención del lector, y qué mejor que la esencia de la mujer para ello. Ambas características se mantienen desde lo romántico con “El Evangelio de Andrea” hasta lo intensamente dramático con “Missiell” Ahora, en esta nueva entrega, me vuelco a lo colorido, a la fantasía y la poesía en una trama donde no dejo de lado la acción, el misterio y el romance. “Illari, dientes de león”, es una historia donde se habla del alma, del ego y sobre todo del amor.
“Escribo para estar conmigo mismo, para conocer mis adentros, todas las facetas de mi ser”.
Escritor de estilo narrativo.
Creador conceptual.
Poeta.
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Illari es la historia de un bebé que por azar es dejada dentro una cesta en la puerta de una casa en una hacienda dedicada al cultivo de vid para hacer pisco junto al mar en las costas de Perú. El propietario de esa casa es Renzo, un exsoldado que se retiró trasladándose allí huyendo de todas las atrocidades de la guerra y de todos los demonios de su pasado. Un pasado muy doloroso lleno de dolor, muerte y desolación que ha creado un hombre sin sentimientos, amargado, triste y solitario, un hombre sin alma y profundamente marcado.
Él será espectador de la transformación del cielo en un destello de luz indescriptible acompañada de un temblor, algo que no había visto nunca y tras esto descubre la cesta de mimbre en su puerta. En un principio, él no quiere hacerse cargo del contenido de la cesta, pero tras el pasar de los días cambia de opinión y es que la sonrisa del bebé y sus ojos se lo están ganando. Decide criarla y hacerse cargo de ella y la inscribe legalmente en el registro poniéndole un nombre. Illari Alejandra será el nombre que él elige para ella: Illari, por el nombre de su madre, nombre inca que significa amanecer, resplandecer fulgurante, como la luz que aviso de su presencia; y Alejandra, por el tipo de uva que cultiva en sus campos, Moscatel de Alejandría.
Illari crecerá en una hacienda productora de pisco y junto al mar, irá al colegio y será la causante de que Renzo vuelva a ser más humano, de ablandar su corazón y de calmar su alma, junto a ella aprenderá el significado del amor. Un amor limpio, sin deseo y con mucha adoración, como el amor de un padre hacia una hija. Ella curará las heridas de su corazón y le demostrará que había más cosas más allá del infierno en el que él se encontraba.
En la primera parte del libro se describe como va cambiando ese ser insensible conforme va creciendo Illari, Renzo se va sorprendiendo de los sentimientos que descubre en sí mismo que pensaba que no existían en su corazón y que ella está despertando con su amor hacia él, es un amor mutuo pues el también la quiere. Ese amor también provoca en él un sentimiento de miedo, miedo a que se la arrebaten, a la soledad, que volvería a su vida si Illari no estuviese en ella, ya que ella es la que da sentido a su vida. Y ese momento tan temido llega a los doce años de edad de la niña, Illari es enviada a España de donde ella procede, pues las autoridades descubren que es una niña desaparecida, y al ser huérfana la meten en un orfanato.
Mientras Renzo se encuentra en un viaje de trabajo y cuando vuelve a casa, Illari ya no está y la soledad vuelve a su vida, el alcohol, las mujeres, el juego…, y ese hombre sin alma, oscuro, sin corazón vuelve a hacer presencia sufriendo la pérdida de su niña y pensando que se olvidará de él, aunque desea lo mejor para ella. Cuando pierde a Illari es cuando se da cuenta del amor que la profesa y de lo que la necesita. Pasarán muchos años y sin tener ninguna noticia de ella, solo un mensaje que recibió escrito por ella donde no aparecía dirección alguna. Su vida vuelve a lo que fue antes de la llegada de Illari cuando solo era un bebé.
Con dieciocho años, Illari vuelve sin aviso a la hacienda, tras salir del orfanato, trabajar y ahorrar para hacer el viaje hasta Perú desde España. A su llegada, es cuando Renzo se da cuenta de que el amor que siente por ella ya no es el de hace unos años, ahora si es un amor con deseo, un amor hacia la mujer en la que se ha convertido y que alberga el cuerpo de Illari. Para ella, ese deseo por Renzo tampoco ha desaparecido, pero si se ha transformado en algo mayor, en algo inmenso y profundo. Renzo no quiere demostrar ese deseo hacia ella e intenta mantenerse al margen aunque disimula muy mal y, por su parte, Illari lo respeta, pero lo tienta al pasearse con poca ropa y lo provoca descaradamente.
Supongo que pensaréis que es una historia simple y sencilla, pero no es así. Es una historia compleja donde hay varios frentes abiertos y donde se narran muchos sentimientos, que nos harán reflexionar y pensar. Mezcla muchos temas trascendentales con toques de fantasía, filosofía, espiritualidad, misterio, amor, deseo y erotismo.
Uno de los temas que más me interesa es la reencarnación, en el libro habla de ella: de cómo el renacimiento del alma humana después de la muerte motivada por un amor infinito, puede vivir en otro cuerpo, y cómo estas almas enamoradas se buscan incluso en la distancia, y se logran encontrar gracias a ese amor verdadero que seguirá vivo en nuevas épocas, en nuevos cuerpos haciendo que despierte una y otra vez a través de distintas vidas. ¿Será el azar el que unió a Renzo e Illari o su destino estaba predestinado y lo estará en distintas vidas?
«Existe una semilla, una que se eleva por los aires, una que vuela grandes distancias, atraviesa océanos y continentes. Su flor es amarilla, del color de la esperanza, la sexualidad y la vida. Su destino pareciera incierto y es que tan solo el viento la guía, se podría decir que al azar. ¿Pero no son acaso los vientos y mareas partes de un todo? A ese todo le llamamos Universo, más cuando miramos hacia las estrellas vemos el sorprendente caos vuelto sublime armonía. Su nombre es Diente de León. Y al igual que esta semilla, tal vez el alma humana, motivada por amor, trasmigre: se eleve y luego descienda. Y es que se dice que existen almas humanas que se aman tanto que luego de dejar el postremo suspiro en la tierra, de elevarse sobre sus cuerpos y de sollozar en los cielos, se buscan: usan las corrientes, los vientos solares y la fuerza de sus ilusiones para hallarse de nuevo, confirmando así que la consciencia es eterna y el amor igual, inmarcesible, cuando es genuino.»
Otro de los temas que toca es quizás una utopía y ojalá algún día se hiciese realidad. Ese sueño o esperanza es el deseo de muchos o de todos, pero es muy difícil lograr la manera de hacerlo posible, y que este planeta en el que vivimos fuese uno nuevo, uno renacido compuesto de amor, de paz, sin egoísmo, sin maldad, evitando la extinción de lo que hoy tenemos gracias al cuidado de este respetando y eliminando todo lo que nos destruye, evitando destruir nuestro hogar y la vida que hay en él. Quizás si todos pusieramos un granito de arena, si no existiese ese poder tan deseado y tan dañino, todo sería distinto. Ojalá esas esferas de luz aparecieran y lograsen un planeta bello y renovado como en la historia de Illari.
Me ha costado introducirme en su lectura, quizás no fuese el momento de leerla o podría ser la carga de lenguaje que contiene, de reflexiones, de sentimientos, que me han sobrepasado. No es una lectura ágil, tienes que estar muy atento a cada detalle y los párrafos tienen una longitud excesiva desde mi punto de vista, y esto hace la lectura más lenta.
Te quiero dar las gracias, Miguel por permitir leer tu novela y regalarme uno de tus tesoros. En cada párrafo se nota que narras desde el corazón, ahondando en sentimientos, emociones y pasiones, que hoy no se expresan tan delicadamente ni con tanto detalle, en las que plasmas el alma y el corazón de los protagonistas de esta historia. Ellos nos enseñarán que puede existir un amor eterno, el cual viva infinitas vidas y perduré, ya sea en otra época, en otro país, en distintos cuerpos, en distintas vidas y profesiones, pero que están unidas y que se reencontrarán allá donde el destino quiera, se atraeran y vivirán unidas y en cada vida su amor crecerá.